Desde la religión hindú, avatar se conoce, como la manifestación corporal de una deidad. Vishnú, proviene del sánscrito avatâra, que significa «descenso o encarnación de un Dios”.
Basado en este contexto, la película de ciencia ficción producida y dirigida por James Cameron titulada Avatar, toma la concepción de la encarnación y espiritualidad: lo sagrado del mundo natural puro sin afectación tecnológica versus el mundo globalizado. Tema profundamente controversial que desde la antigüedad ha desatado las peores guerras. El director coloca en escena el juego de poder a través de la creación de una imagen que figura un cuerpo indígena, un avatar, uno entre ellos, para poder accesar a ese mundo a fines de controlarlos y dominarlos.
Investir el cuerpo de Otro a manera de representación, conduce a otra significación muy conocida en el mundo digital, el uso de la identidad virtual representada por un avatar. La escogencia por alguna identificación a la imagen, obra de arte y figuras tridimensionales entre otras, sirven como un medio de vinculo e interacción a través de la realidad virtual, en videojuegos y otras aplicaciones de internet con conocidos y también como forma anónima de hacer una relación.
Es apasionante la riqueza que encontramos en el lenguaje y el uso de ciertos significantes que diversifican los sentidos, desplazando su alcance, bien sea por la cultura en la que habitas, la religión que comulgas y el contexto en la que se coloca en escena.
En esta diversificación, encontramos que avatar, por definición significa vicisitudes o acontecimientos contrarios a la buena marcha de algo, de allí que decimos en ocasiones “los avatares de la vida” y con ello podemos indicar que algo cambió de manera drástica, o de manera crucial en la vida de alguien, esto hace pensar que algo que venia de un modo, toma otra dirección, o al menos sorprende, ya que no sigue el curso de lo que viene siendo.
El avatar pensado desde el Psicoanálisis, se coloca al nivel de lo real del síntoma, como aquello que se atraviesa, obstaculiza y no deja que las cosas sigan su curso. Muchas veces, tal tropiezo se repite y causa síntoma convirtiéndose en una de las razones por las que un sujeto, pierde su centro, se percibe fuera de lugar y de control por la que acude en búsqueda de ayuda.
Podemos pensar los avatares desde diversas perspectivas por ejemplo la transición de la adolescencia, como momentos de cambios y transformaciones del cuerpo. Esto implican no sólo un encuentro con lo nuevo, sino una separación de lo anterior, por lo que requiere una especie de construcción: despegue de la familia, habitar un “otro cuerpo”, enfrentar la sexualidad y por ende representarse en lo social. A esto se le suma las contingencias de su constitución familiar. Este momento coyuntural, no subjetivado puede en algún momento sintomatizarse y tomar la forma de un trastorno alimentario y adicciones, entre otros.
Por otro lado, la muerte produce avatares en los sujetos lo cual puede trastocar algo de la subjetividad y conllevar a destinos no deseados.
Así mismo, el evento que modificó la vida de todos, la pandemia del 2020. En lo singular, los embates que produjo la difícil situación enfrentó a muchos en lo subjetivo, a experiencias totalmente desconocidos tanto para los sujetos mismos como para su entorno social y familiar, por ejemplo: situaciones de orfandad frente a la muerte, depresión, desencadenamientos francos de una psicosis, ciertas adicciones, violencia y también apaciguamiento en algunas fobias sociales.
Los avatares y sus consecuencias serán siempre vividos en una forma singular y las respuestas serán siempre una solución de acuerdo a las herramientas simbólicas que se tengan.
Me encanto ! No había nunca asociado Avatar con los avatares de la vida – ni como lo real que se atraviesa!!!
Gracias
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Diana, muy bien… La página: hermosa, muy actual en su contenido, y una alegría poderte leer. Enhorabuena!
Ensenante elaboracion! Me aporto para comprender un poco mas de que se trata en la epoca actual!
Increible, muy buena lectura y entender las diferentes asociaciones de la palabra avatar.
Excelente lentura. Muy buena la relacion de la palabra Avatar con los juegos y la vida real.
Un texto que sabe marcar la diferencia entre el avatar como álter-ego, del orden de la pura representación, y el avatar como aquello que puede dar lugar a que un síntoma sea partenaire…un partenaire sin duda más digno
Este es él texto que me llegó
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Excelente composición, el recorrido por la evolución de la acepción de avatar y una nítida ilustración de su aplicación en el psicoanálisis, me encanto !!!
Es el email..,,para que se inscriban en los seminarios de “ el pequeño Hans” ( Inés Ramírez)
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